detector_cmsA nueve meses de la puesta en marcha del más potente acelerador de partículas jamás construido, miles de físicos e ingenieros se afanan en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, para completar el montaje tanto del acelerador mismo (el LHC) como de los detectores subterráneos, grandes como catedrales, que registrarán los efectos de los choques de partículas subatómicas (protones contra protones) aceleradas casi a la velocidad de la luz.

Para hoy mismo está prevista la complicada operación de bajar hasta una de las salas experimentales, a 90 metros bajo tierra, el segmento central de uno de los detectores, el CMS. Es una operación delicada y milimétricamente planeada que se hace con potentes grúas para desplazar una pieza gigantesca de ingeniería avanzada.

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