Ayer tuve el gran placer de impartir la segunda edición del curso Quantum PsychoTronics en Sta. Coloma de Gramanet. Fue un bonito compartir y muy intenso a la vez, porque la información objeto del curso fue muy amplia y profunda, discurriendo entre las extravagantes leyes de la Física Cuántica, los misterios de la Cosmología Actual y abordando el enorme poder de la conciencia desde varios ámbitos de estudio.
Para quien se pregunte el significado del término PsychoTronics, este se refiere a las primeras investigaciones de parapsicología llevadas a cabo por parte de la Europa del Este para designar el poder de la conciencia sobre la materia. La agencia de la Cia estadounidense desclasificó precisamente algunos estudios de esta índole hace aproximadamente 20 años. Sabemos bien por las extravagancias del mundo cuántico, que se pueden entrelazar dos partículas que pertenecen a un mismo sistema, de tal forma que aun separándolas a grandes distancias mantienen una conexión instantánea, o sea, alterando una de ellas, la otra entrelazada se vea afectada al instante, como si se produjera una acción fantasmal a distancia, según palabras del genio Einstein, a quien le parecían absurdos estos vaivenes contraintuitivos del mundo cuántico. El principio que late detrás de este comportamiento es llamado principio de no-localidad, refiriéndose a este comportamiento independientemente del espacio que ocupan. Pues bien, este principio no solo es aplicable al movimiento de las partículas diminutas tales como electrones, fotones (partículas de luz) o protones, sino que es totalmente válido para sistemas macroscópicos tal como se ha ido demostrando en varias instituciones del mundo. Trasladando esto a la experiencia extrasensorial, sabemos que se puede producir una conexión instantánea entre personas separadas por miles de quilómetros, vínculo medido por el entrelazamiento de sus emisiones electromagnéticas cerebrales, tal como fue comprobado en el Instituto de Neurociencia de la Laurentian University, Ontario, Canadá. También en otros países como Rusia, se han realizado experimentos con la tecnología GDV (Gas Discharge Visualization) donde queda patente la interrelación energética entre personas también separadas por grandes distancias, aportando argumentos científicos a la existencia de la telepatía, la visión remota o la sanación a distancia.
Hablé del Universo Multidimensional, sobre todo desde la Teoría de Supercuerdas y profundizando en la Cosmología Actual que incluye la posibilidad de que la existencia de la materia y energía invisibles que llenan el Universo observable sea un indicio de que existen en el Universo más dimensiones, incluso otros universos totalmente invisibles a nuestro instrumental de detección actual. Esto ya lo afirmó Stephen Hawking en su teoría del Multiverso. Introduje brevemente la Teoría de la Relatividad de Einstein para recordarnos de que el espacio y el tiempo son relativos.
Entre otros análisis, hice referencia a la Teoría de los Universos Múltiples de Everett, según la cual pueden existir realidades diferentes, todas sucediéndose al mismo tiempo. Nosotros estaríamos “eligiendo” continuamente qué realidad experimentamos en concordancia con nuestro estado de conciencia. Ello nos hizo reflexionar sobre la flexibilidad de lo que percibimos y vivimos, trasladándonos a un campo de inmensas posibilidades. Como ya dijo en su momento David Bohm, hay un Universo energético de orden superior a modo holográfico, un diseño que podemos cambiar con nuestra conciencia e intención. Las diferentes realidades posibles serían proyecciones de este orden superior, y por lo tanto, serían alterables desde un estado de enfoque y trabajo interior personal.
Sobre todo hice hincapié al gran poder que tenemos desde el momento del presente para enfocarnos en aquello que queremos en nuestra vida, intentar no energizar situaciones que nos restan energía o nos hacen sentir «pequeños», limitados y faltos de poder. Algunas técnicas que practicamos fue la de la coherencia cardíaca, una de las maneras para practicar la respiración consciente en sintonía con la frecuencia cardíaca y que luego repercute en la sincronización de ambos hemisferios cerebrales y el estado de bienestar en general. Al final y concluyendo el curso hicimos una hermosa meditación con cristal de cuarzo para poner en coherencia la luz de nuestro campo celular (biofotones).
Agradezco de todo corazón la excelente disposición de Glòria y su compromiso en la organización y promoción del curso. También les envío un cálido agradecimiento a todos los alumnos estupendos que asistieron. ¡Muchas gracias a todos!
Fotos de grupo con permiso de todos los asistentes
© Teresa Versyp, 10 de noviembre 2024