Introducción al Campo de Punto Cero

El campo de punto cero, llamado también vacío cuántico o mar de Dirac, constituye sin duda el punto de mira de la ciencia actual. Parece ser que desde la estrella más distante hasta los pequeñísimos corpúsculos, como el electrón y el quark, o incluso si dirigimos nuestra mirada a la célula de la materia viva, todo está envuelto en un mar de energía e información, gracias al cual todo está conectado con lo demás en una trama invisible.

La Teoría del Vacío Cuántico cambia nuestros conceptos acerca del mundo. Rige las relaciones entre la materia y la conciencia y está relacionado con mundos sutiles y una realidad superior; todo ello juega un papel importante en la evolución de la materia y en la comprensión de nuestra existencia. En los primerísimos instantes de vida de nuestro Universo, este vacío primordial dio lugar al nacimiento de las primeras partículas de materia y de luz. Por esta razón se dice que la masa es una estructura condensada de la energía que contiene el vacío en su seno. Es un potencial generador de todo lo observable; es la fuente de origen de todos los campos conocidos: electromagnético, gravitatorio y campos nucleares.

Desde hace muchos años, los textos esotéricos nos hablan de un “vacuum”, la Esencia Divina donde permanecen latentes el Espíritu y la Materia. Este “vacuum” autocontiene los gérmenes de la Creación y de Él surgen a la vida la fuerza y la materia, los ladrillos básicos de toda forma y las leyes que gobiernan el comportamiento de todo ente físico/energético.

El vacío cuántico constituye un potencial energético infinito y representa un candidato prometedor para una fuente de energía sin límites y sin contaminación: la energía del punto 0, llamada ZPE (zero-point energy). Existe la posibilidad de extraer esta energía que con creces supera la densidad de energía nuclear; sabemos que la humanidad necesita de una fuente de energía nueva para su supervivencia en un futuro no lejano, debido a las escasas reservas de combustibles fósiles en la actualidad.

El campo punto cero también es un campo de información, en forma de ondas de torsión generadas por el spin de las partículas y que se extienden a lo largo de todo el Universo. El impulso magnético asociado al spin o movimiento de rotación de todas las partículas subatómicas está registrado en el mar de energía virtual del vacío en forma de vórtices o remolinos.

Parece ser que este extraordinario dominio del vacío cuántico también puede ser el responsable de fenómenos de luz anómalos observados en numerosos lugares del mundo que tienen cierta facilidad para acumular dichas energías sutiles; lugares como Hessdalen (Noruega) o Wiltshire (Reino Unido). En este último, la observación de “misteriosas bolas de luz” está relacionada con la aparición de los “crop circles”, figuras geométricas de diferente índole y complejidad que aparecen (sobretodo a principios de los noventa) en los campos de conreo. Todo ello está relacionado con la geometría sagrada, que produce efectos en estas energías sutiles del vacío cuántico, pudiéndose utilizar para armonizar procesos energéticos, como p.ej. los relacionados con la salud y el bienestar.

Empecemos por definir el concepto de energía del punto cero, que para abreviar llamaremos ZPE (zero-point energy). En el siglo XX, argumentos teóricos y comprobaciones experimentales han demostrado que existe una radiación no térmica en el vacío que persiste incluso si la temperatura es de 0 Kelvin (temperatura más baja posible) y que corresponde a -273º C). En 1891, el mayor “futurista” mundial en el campo eléctrico, Nikola Tesla, dijo: “A través del espacio hay energía. Muchas generaciones pasarán, es cuestión de tiempo que nuestras máquinas serán movidas por un poder que se obtendrá de cada punto del Universo. En un futuro próximo, veremos una gran cantidad de aplicaciones de la electricidad (…). Podremos dispersar la niebla mediante fuerza eléctrica (…), centrales sin hilos se utilizarán con el propósito de iluminar los océanos (…), transmisión de energía sin hilos para que el hombre pueda solucionar todos los problemas de la existencia material. La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción”.

Nikola Tesla al lado de su bobina espiral

Nikola Tesla al lado de su bobina en espiral

Tesla nació en Croacia en 1856 y murió en Estados Unidos en 1943. Se desempeñó como pionero en el campo de la electricidad de alta tensión. Trabajó para Thomas Edison, pero lo abandonó para dedicarse exclusivamente a la investigación experimental y a la invención. Entre sus muchos inventos, se encuentran el motor de inducción de corriente alterna, los generadores de alta frecuencia, la bobina de Tesla y concibió el sistema polifásico para trasladar la electricidad a largas distancias. Su objetivo era transmitir la energía eléctrica gratuitamente a distancia sin la necesidad del hilo, mediante unas ondas no electromagnéticas, llamadas ondas escalares longitudinales que pueden propagarse a velocidades superiores a la lumínica. Dicho sistema se basaba en la capacidad de la ionosfera para conducir electricidad, valiéndose de la resonancia Schumann como medio de transporte. Descubrió que la ionización de la atmósfera se puede alterar si ésta es cargada mediante ondas de radio de muy baja frecuencia (entre 10 y 80 Hz).

La energía del punto cero también es denominada por los términos “vibración del punto cero”, “fluctuaciones cuánticas” o “flujo de partículas virtuales”. Es llamada “vibración del punto cero” cuando se estudia los efectos de dicho campo sobre la materia, haciendo la analogía con un oscilador armónico. Imaginemos un electrón enganchado a un muelle sin fricción. Cuando el electrón es puesto en movimiento, oscila entorno de su punto de equilibrio, emitiendo energía electromagnética de radiación a la frecuencia de oscilación. Si no hubiera radiación de punto cero, el electrón llega a pararse. Pero, en realidad, ZPE continuamente confiere impulso al electrón de manera que éste nunca llega a detenerse del todo. La energía promedia que es transferida al electrón es igual a la frecuencia de oscilación multiplicada por la mitad de la constante de Planck (1/2h·f), siendo la constante de Planck h, constante universal característica del mundo cuántico,  igual a 6,63·10-34 J·s). De esta relación se puede obtener fácilmente el cómputo de la densidad energética correspondiente al vacío y que se sitúa en el rango de entre 1024 y 1058 Julios por metro cúbico; en otras palabras, una densidad astronómicamente elevada, difícil de concebir o de imaginar.

Fluctuaciones del campo de punto cero (Photo: Nova)

Representación de las fluctuaciones del campo de punto cero (ZPE) – Photo: Brian Greene/Nova

El segundo y el tercer término con los cuales se bautiza el campo de punto cero están en relación con las fluctuaciones que presenta gracias a la dinámica de unas partículas llamadas virtuales. El vacío es el escenario de una actividad “salvaje” de partículas elementales que van apareciendo y desapareciendo del mundo cuántico en un “abrir y cerrar de ojos” y que distorsionan el tejido espacio-temporal. Parejas de partículas y antipartículas surgen del vacío, se aniquilan, y son otra vez absorbidas por él.

Estas partículas virtuales también son los responsables de la transmisión de las fuerzas fundamentales de la naturaleza (fuerza gravitatoria, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte). Actúan como mensajeras de información y de energía entre las partículas elementales que interactúan dando lugar a las fuerzas anteriormente mencionadas.

De hecho cada partícula subatómica está envuelta por una nube de partículas virtuales con la que continuamente interactúa. Cuando las partículas tienen carga eléctrica, como por ejemplo el electrón y el protón, éstas interactúan con partículas virtuales de carga opuesta dando lugar al fenómeno denominado polarización del vacío, consecuencia de la redistribución de la carga en el campo de punto 0. El electrón está íntimamente conectado al flujo energético del vacío. Es importantísimo destacar el hecho de que la extracción de la energía del vacío está ocurriendo continuamente en cada átomo a lo largo del Universo, ya que cada electrón que pertenece al átomo y cada electrón libre son positivamente energizados. Pero, en el sistema atómico, los efectos del vacío cuántico y la pérdida por radiación se cancelan, como veremos más adelante.

Cada átomo está rodeado por fotones virtuales del vacío, que son emitidos y absorbidos incesantemente. Cada partícula del universo visible “conversa” incansablemente con una realidad “al otro lado” (realidad oculta), y que el físico David Bohm denomina orden implicado. En este orden invisible, se trascienden los conceptos de espacio y de tiempo, a la vez que la interacción entre la materia y la conciencia va creciendo en importancia. Además contiene información infinita, donde lo que sucede en la más pequeña parte afecta simultáneamente a toda la estructura.

Asimismo hemos de ser conscientes de que cada átomo de nuestro cuerpo físico está envuelto por esta realidad sutil con la cual intercambia energía e información. Esta realidad sutil constituida por el vacío cuántico rellena el espacio aparentemente vacío entre los átomos de los seres vivos. Esto es fundamental, porque ésta, con una gran probabilidad de certeza, va a ser la clave de muchos interrogantes de la Física actual y de muchos fenómenos aún no admitidos por la ciencia ortodoxa, como la telepatía, la telequinesis, la curación a distancia, la teletransportación, etc.

spin partículas

Spin o movimiento de rotación de las partículas

El físico A. E. Akimov y su equipo consideran el vacío cuántico como un campo de torsión que llena todo el espacio isotrópicamente. La teoría del campo de torsión afirma que todos los objetos, desde los quanta (la partícula de energía electromagnética más pequeña) hasta las galaxias, crean vórtices en el vacío, dando lugar a lo que se denomina la polarización del spin. El spin o movimiento de rotación de estas partículas queda registrado en el mar cuántico por ondas de torsión que se generan y se transmiten por todo el campo. Estos vórtices creados por las partículas y otros objetos materiales transportan información, interconectando casi instantáneamente eventos físicos. Cuando dos o más ondas de torsión se juntan, forman una figura de interferencia que integra las informaciones de las partículas que han creado los vórtices. La velocidad de grupo de estas ondas de torsión es del orden de 109 veces la velocidad de la luz. Incluso las neuronas en nuestro cerebro crean y reciben ondas de torsión.

Aquí la geometría tiene mucho que aportar. Diferentes estructuras geométricas, independientemente del material de que están construidas, juegan un papel fundamental en el proceso que acabo de describir. Colocando, por ejemplo, un cono, se produce una polarización en el vacío; se crean dos regiones en el vacío con el spin opuesto, como se puede apreciar en la figura siguiente:

cono campo de torsión

Encima del cono se genera un campo de torsión R; en cambio, dentro del cono y por debajo de su base se forma un campo de torsión de polaridad inversa (L).

Este efecto también determina la variación de la intensidad de campo que se genera a lo largo del eje del cono. Con las pirámides sucede algo similar; varios grupos de investigadores de todo el mundo estudian los campos de energía sutiles que generan las pirámides y estudian su influencia sobre su entorno y dentro de su estructura. Debida a su forma geométrica, la pirámide genera y concentra un campo de torsión a su alrededor, potenciado las ondas cuánticas generadas.

proporcion aurea de las pirámides

Proporción áurea en las pirámides de Egipto

Gracias a ello, se incrementa el flujo de la energía terrestre (hay una red energética sutil que se extiende por todo el planeta) y de la energía que proviene del Cosmos. Por ejemplo, la gran Pirámide de Giza fue construida con unas proporciones geométricas perfectamente estudiadas. Entre algunas de ellas cabe destacar la proporción áurea o número phi (φ), que aparece ampliamente en la naturaleza, y la relación entre la altura de la pirámide y su base que resulta ser la misma que entre el radio del hemisferio norte y el diámetro de la Tierra.

La piramide y su relación con la Tierra

Las proporciones de la pirámide y su relación con la Tierra

Las fuerzas generadas por los campos de torsión podrían estar implicadas en la manifestación “fantasmal” de esferas luminosas observadas en diferentes lugares de la Tierra que tanto pueden ser visibles o no a simple vista (normalmente se suelen captar con película fotográfica infrarroja). Volveremos sobre ello más adelante.

Volvemos ahora a la extracción de la energía “omnipresente” en el vacío por parte de cada átomo. En el modelo del átomo propuesto inicialmente por Bohr[1], quedaba por determinar la razón del porqué los electrones (cargas negativas) no se precipitan hacia el núcleo (de carga positiva) por la fuerza atractiva de Coulomb y por la pérdida de radiación que experimenta en su movimiento alrededor del núcleo. Debería de haber una fuerza repulsiva encargada de contrarrestar exactamente esta fuerza de atracción. El físico Harold Puthoff, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Texas, argumenta que la nube de partículas virtuales que rodea el electrón puede actuar como la fuerza de repulsión y que el ritmo con el cual absorbe energía del vacío contrarresta la pérdida de energía experimentada por cargas aceleradas. De todo ello se concluye que el campo de punto cero es necesario para la estabilidad de los átomos en la teoría cuántica. Otros fenómenos atómicos, como la emisión espontánea [emisión de un fotón cuando un electrón excitado energéticamente salta a un nivel inferior de energía] y el desplazamiento de Lamb [ligera alteración de la frecuencia de la luz que emite un átomo excitado] también se deben a las fluctuaciones del vacío.

efecto casimir placas de casimir

El Efecto Casimir demuestra la existencia de fluctuaciones cuánticas

El efecto Casimir es otra evidencia de la existencia del ZPE. Se trata de la aparición de fuerzas entre placas metálicas neutras. El físico holandés Casimir calculó en 1948 que entre dos placas metálicas que están suficientemente cercanas debía de haber una atracción. El vació contiene un número infinito de frecuencias y el hecho de colocar dos placas paralelas hace que entre ellas sólo “estén” las longitudes de onda inferiores a la distancia de separación. Las longitudes de onda mayores, que ejercen una fuerza total mayor, son excluidas. Esto provoca un desequilibrio entre fuerzas y una consecuente atracción entre las placas. La fuerza de Casimir es muy potente a distancias pequeñas, ya que es inversamente proporcional a la cuarta potencia de la distancia entre las placas, que suele ser del orden del micrón (1µm = 10-6m). Es importante destacar la naturaleza atractiva o repulsiva de la fuerza de Casimir, dependiendo de la geometría y las dimensiones de las placas, como veremos más adelante.

Incluso parece ser que la gravedad y la inercia son también pruebas de la existencia del campo de punto cero. Harold Puthoff, continuando el desarrollo de las teorías del Dr. Andrei Sakharov sobre la gravedad y la inercia, apunta al hecho de que la gravitación no es una interacción fundamental, pero sí un efecto inducido por el mar cuántico cuando la materia está presente. Puthoff dice que la masa corresponde a la energía cinética del campo de punto cero, que da lugar al movimiento de las partículas en el punto 0 (“Zitterbewegung” o movimiento de temblor) y que la gravedad es una especie de fuerza de Casimir de largo alcance y que corresponde a las longitudes de onda largas (o frecuencias bajas) del campo cuántico. Quedará por determinar el porqué la gravedad es tan débil y como ésta se unifica con las demás fuerzas de la naturaleza (fuerza electromagnética y fuerzas nucleares). Por otro lado, los Drs. Rueda y Haisch definen la inercia de la materia como la resistencia de ser acelerada a través del campo. La inercia estaría relacionada con la distorsión de dicho campo a altas frecuencias. Haisch también dice que la naturaleza de la masa es aparentemente más electromagnética que mecánica. La resistencia a la aceleración define la inercia de la materia pero interactuaría con el vacío como una resistencia electromagnética.

Recientemente, Alexander Feigel ofrece una explicación a la expansión acelerada de las galaxias distantes a partir de la fuerza ejercida por los fotones virtuales del vacío cuántico. Por observaciones recientes de explosiones de estrellas y de supernovas a distancias importantes, sabemos que se está produciendo una aceleración en el ritmo de expansión del Universo. Hay buenos argumentos para atribuir esta expansión acelerada a una forma de energía de efecto antigravitatorio, y que podría estar proveída por el campo que nos ocupa.

experimento receptores esféricos vacío cuántico

Patente del Dr. Frank Mead, que muestra el diseño de unos dispositivos esféricos con el objetivo de captar y amplificar la radiación de punto cero.

Diferentes investigaciones en las propiedades del ZPE van dirigidas a la aplicación de métodos de conversión energética y obtener trabajo útil. Los diversos métodos incluyen sistemas mecánicos, térmicos, eléctricos y de fluidos. Cabría destacar, en diciembre de 1996, en los Estados Unidos, la patente del Dr. Frank Mead, director de “The Air Force Research Laboratory”. Diseñó unos dispositivos esféricos con el objetivo de captar y amplificar la radiación de punto cero, aprovechando la energía de muy alta frecuencia y convertirla en energía eléctrica. En esta patente se hace uso de la dispersión de la radiación del vacío por dichos receptores esféricos. Dependiendo del radio de las esferas, la resonancia acontece a la frecuencia correspondiente. Utilizando esferas grandes, éstas resuenan a frecuencias bajas, pero si las esferas son miniaturizadas hasta el orden del nanómetro (1nm = 10-9m), la densidad de energía, que depende del cubo de la frecuencia, es mucho mayor. Cuanto más pequeño el dispositivo, mejor la optimización energética. Las “femtoesferas”, del orden de 10-15 metros, son las más prometedoras en esta línea; como lo son los neutrones, los protones, o los electrones, que aún son más pequeños. Éstos últimos parecen ser los más adecuados, ya que están más íntimamente conectados con el flujo del vacío.

En la última década, otros métodos más sofisticados se han ido desarrollando, los cuales voy a omitir en este artículo por su gran complejidad de ingeniería y formulación asociada. Sin embargo, voy a hablar brevemente de la fuerza de Casimir la cual hemos descrito antes, y que goza de interés en el estudio de la biología humana y en el campo de la terapéutica vibracional.

Como he apuntado antes, la fuerza de Casimir es muy potente a distancias cortas. Pero ésta puede ser atractiva, originando una densidad de energía negativa, o repulsiva, de densidad energética positiva, dependiendo de la medida de las superficies y de los volúmenes de los minúsculos dispositivos. La densidad de energía puede pasar bruscamente de ser positiva a negativa cambiando ligeramente las medidas de los dispositivos utilizados (y con ello la presión de Casimir pasa de ser “hacia fuera” o “hacia dentro”), como podemos apreciar en la figura adjunta:

Fuerza de Casimir

Si utilizamos esferas dieléctricas podemos obtener una fuerza de Casimir atractiva con una presión hacia dentro. Éste sería el caso de células biológicas, las cuales son altamente dieléctricas. Por ejemplo, un linfocito B no activado, de un diámetro de aproximadamente 6 micras (1µm = 10-6m), interactúa continuamente con la fuerza de Casimir que actúa hacia dentro, compensando ésta. De hecho, a través de cada componente de la célula (retículo endoplásmico, ribosomas, membrana celular, citoesqueleto) se está transfiriendo energía del vacío. En particular, sobre los microtúbulos de 25 nanómetros de diámetro, filamentos del citoesqueleto que están constituidos a partir de tubulina, la fuerza de Casimir es muy considerable.

Stuart Hameroff, director asociado del centro de Investigación de la Conciencia de la Universidad de Arizona, y Roger Penrose profesor de matemáticas de la Universidad de Oxford, proponen que en los microtúbulos del citoesqueleto y otra estructuras dentro de las neuronas del cerebro, tiene lugar un fenómeno cuántico coherente que regula la función neuronal y que está directamente relacionada con la conciencia. Las características particulares de los microtúbulos que son adecuados para efectos cuánticos son su estructura cristalina, la organización de su función celular y la capacidad para el procesamiento de la información.

Estructuras moleculares dentro del organismo con disposiciones geométricas diferentes crean densidades de energía de vacío muy variadas las cuales la biología de las próximas décadas habrá de indagar.

El patrón geométrico es fundamental en la comprensión de todos los fenómenos llevados hasta el nivel cuántico. Geometría, campo cuántico del vacío y conciencia son tres grandes “colosos” que forman parte de un gran “Campo Unificado”. Fenómenos de diversa índole están apuntando a esta fuerte interrelación de estos tres parámetros. La aparición de los “Crop Circles” sería un significativo ejemplo de ello. Son complejos  y hermosos patrones geométricos que aparecen de una forma natural (excluyendo, por supuesto, los reproducidos por el hombre) en los campos de conreo durante la noche principalmente. Estos pictogramas se definen por los tallos de cereal que son doblados aproximadamente en un ángulo de 90o no están rotos y continúan su crecimiento. También desde el ámbito científico crece el interés por el estudio de las “bolas de luz” que aparecen con mucha frecuencia en la proximidad de estas formaciones. A. Dmitriev, D.L. Dyatlov y A.V. Tetneov, científicos rusos, proponen que estos efectos luminosos se deben a minúsculos agujeros negros creados por ondas gravitacionales y de torsión. Puede ser que estas esferas sean susceptibles a la intención humana. Hay en juego una evidente naturaleza de interacción psíquica. Todo esto nos indica que hay una Conciencia Colectiva que en combinación con una fuente de Inteligencia, interactúa con fuerzas planetarias para cocrear fenómenos que nos hacen pensar, reflexionar, indagar y mirar dentro de nosotros mismos.

Como hemos visto a lo largo de este artículo, el tema del campo de punto 0 o vacío cuántico, goza cada vez más de interés. Y tan sólo estamos en los inicios de tal “delirante” investigación.

Tenemos a nuestro alcance un inmenso mar de energía que vibra con una precisión mecánica mesurable gracias a una  “espuma burbujeante de actividad, un potencial de energía para las generaciones futuras, con la intención de sustituir los combustibles actuales por una fuente de energía libre, limpia y poderosa. La ingeniería del vacío será un campo de estudio de primer alcance, sobretodo dirigido a construir dispositivos óptimos para transformar la energía contenida en el espacio vacío en trabajo útil. La era espacial futura en tema de propulsión también se valdrá de esta misma energía y se habrá de indagar como adecuar el tejido espaciotemporal a los viajes por el espacio profundo[2].

Entender los mecanismos de transferencia energética y de información entre la célula viva y el campo de punto cero sería otro escalón de conocimiento importante. La conciencia es fundamental en esta investigación y habrá de incluirse en la construcción de una Teoría Global. El campo de punto cero está íntimamente conectado a nuestro estado de salud, a nuestra energía vital, a nuestra armonía interna y por supuesto a nuestra evolución espiritual.

Tal vez, en algún punto de nuestro pasado, nuestros ancestros tenían conocimiento de todo este enorme poder e incluso, podían controlar algunos procesos. Siguen siendo enigmas para la ciencia actual el cómo se construyeron las pirámides, el levantamiento de los gigantescos moais de la Isla Pascuense o el desafío de la fuerza de la gravedad mediante la levitación que experimentan algunos iniciados de la India. ¿Vestigios de un conocimiento superior que una vez pobló la tierra? Hay muy buenos indicios de que antes del apogeo de la Grecia Clásica hubo un conocimiento de gran alcance a nivel planetario. Como decía Thor Heyerdahl, antropólogo y explorador noruego, “Cuanto más sabemos, más nos percatamos de que en nuestro sistema solar no hay ningún otro planeta tan fascinante y tan repleto de misterios antiguos y modernos como el nuestro”.

REFERENCIAS

A. Akimov and G. Shipov, “Torsion fields and Their Experimental Manifestations”, Proceedings of the International Conference, “New Ideas in Natural Sciences”,St Petersburg, june 1996

S. Bosman, “Energy fields of a complex geometrical structure”, 2000

A. Feigel, “Quantum vacuum contribution to the momentum of dielectric media” Physical Review Letters, vol 92, 2004

H.D. Froning, and R.L .Roach, “Preliminary simulations of vehicle interactions with the quantum vacuum by fluid dynamic approximations” Proceedings of 38th AIAA/ASME/SAE/ASEE  Joint Propulsion Conference July 2002, AIAA-2002-3925

S. Hameroff and R. Penrose, “Orchestrated Objective Reduction of Quantum Coherence in Brain  Microtubules”, 1996

G. Hancock and S. Faiia: “Heaven´s Mirror, Quest for the lost Civilization”, Penguin books, 1999

M.B. King: “Quest For Zero-Point Energy”, Adventures Unlimited Press, 2001

E. Laszlo, “Subtle connections: Psi, Grof, Jung and The Quantum Vacuum”, 1996

___, “La ciencia y el campo akâsico”, Nowtilus, 2004

M. Lundy, “Sacred Geometry”, Wooden Books, 2006

H. Puthoff, “Ground state of Hydrogen as a Zero-Point Fluctuation-Determinates State”. Phys. Rev. D35, 1987, p3266

___, “Gravity as a Zero-Point-Fluctuation force” Physical Review A, vol 39, nº5, March 1989, p2336

___, “Engineering the zero-point Field and Polarizable Vacuum for Interstellar Flight” Journal of the British Interplanetary Society. Vol 55, 2002, p137

K. Sherwood, “Non-Manmade Crop Circles as a “vacuum domain” phenomenon 2002

A. Thomas: “Crop Circles”, Siruela, 2003

T. Valone, “Feasibility study of zero-point energy extraction from the quantum vacuum for the performance of useful work” (2004, Integrity Research Institute Washington DC)

___, “Inside Zero-Point Energy”, 1999

[1] Bohr, en 1913, dice que el átomo tiene un conjunto discreto de estados estacionarios con energías diferentes. En estos estados, el átomo no radia energía electromagnética y su energía se mantiene constante. La emisión y absorción de radiación sólo sucede cuando el átomo cambia de un estado estacionario a otro, dado por los saltos electrónicos entre niveles energéticos.

[2] Según los investigadores Froning y Roach, se puede rodear una nave espacial con un campo electromagnético toroidal que distorsione y perturbe suficientemente el vacío con el objeto de reducir la resistencia y aumentar considerablemente la velocidad.

 

 

 

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