Hace un tiempo que Jim Feil, instructor estadounidense de Polaridad, me propuso que diera una formación de cuántica en el centro Polarity Bildungszentrum de Zürich, Suiza, junto a Manel Ballester, como especialista médico cardiólogo y catedrático de la Universidad de Lleida. Entre los tres dimos una formación multidisciplinar desde tres ángulos diferentes pero complementarios: desde la terapia de polaridad, desde las aportaciones de la clínica cardiológica y desde la cuántica en sus aportaciones en el campo de la medicina energética. Todas las sesiones fueron grabadas y traducidas al alemán por Katja Dienemann.

Jim Feil en pleno discurso junto a la traductora Katja Dienemann

El Dr Jim Feil en pleno discurso junto a la traductora/dobladora Katja Dienemann

La terapia de polaridad pone en práctica los principios cuánticos. En una sesión de sanación observé de primera mano el movimiento de la energía entre el terapeuta y el paciente. Entrando en un estado de coherencia, similarmente a un rayo láser, Jim accedía a los registros de información, el campo de la conciencia, para la sanación del paciente. Las ondas transportan energía e información, las cuales son descodificadas por el terapeuta. El estado de quietud, la simple observación, la resonancia entre sanador y paciente, y la coherencia son requisitos fundamentales para entrar en esta matriz de conciencia compartida.

Precisamente el concepto de coherencia fue abordado por los tres de manera sincrónica. La coherencia es la clave en la salud del paciente; un campo biofotónico incoherente induce desequilibrios y una densificación energética en el cuerpo fisiológico. Esta densificación conduce a un bloqueo de la información y de la energía vital a lo largo del organismo, lo que desemboca en la somatización.

Se sabe que en un organismo sano todos los sistemas fisiológicos y psicológicos son coherentes y están sincronizados de manera óptima, de una  forma altamente coordinada. El Dr. Ballester lo compara con un molde, si el molde (el cuerpo energético) está defectuoso, el cuerpo físico padece las consecuencias. Recalcó el concepto de campo coherente del corazón. Espectaculares fueron los casos clínicos que puso sobre la mesa. Comentó que un gran número de problemas cardíacos tienen como origen un estado de ansiedad prolongado. En cambio, en estados amorosos y de armonía interna, se manifiesta más coherencia a todos los niveles, se genera un flujo energético mayor a través del cuerpo, aumentando la salud, el poder interno y la creatividad personal.

Flor cerca de la frontera franco-suiza

Flor cerca de la frontera franco-suiza

Por mi parte, además de hacer una exposición completa sobre la Teoría Cuántica, sus principios e implicaciones, hablé del campo biofotónico y de algunos estudios realizados hasta el momento. Es impresionante cómo el campo biofotónico (y el hecho de que haya una conectividad instantánea a lo largo de los dominios de coherencia  a diferentes escalas) puede orquestar la reactividad química de aproximadamente 105 reacciones por célula y por segundo, siempre en el tiempo exacto y en el lugar preciso.

Al final recalqué algunos aspectos prácticos desde la vivencia del día a día para crecer en coherencia interna. Siempre enfatizo la importancia de encontrar un espacio de silencio individual para entrar en sintonía con el campo de pura potencialidad, con el mundo de las múltiples posibilidades. Y este estado de silencio interno no siempre hace falta que se trabaje desde una meditación extensa; sino que al hacer simplemente lo que nos gusta, realizando lo que nos apasiona de la vida, podemos conectar con estos momentos de inspiración e intuición que nos hacen evolucionar.

Coincidimos los tres en que la visión de campo es esencial para abordar de manera íntegra al ser humano. No nos podemos limitar a una visión exclusivamente mecanicista-newtoniana del ser. La vida tiene muchos misterios, mecanismos que todavía no comprendemos en toda su magnitud. Tenemos que pasar de una descripción de la realidad de sistemas elementales aislados e independientes a una visión de campo, de elementos que interaccionan y son interdependientes.

Acabamos las jornadas con una mesa redonda donde los aproximadamente 25 alumnos del curso nos preguntaron sobre los temas tratados, desde la práctica clínica hasta la psicología de la vida.

Foto de Zürich al otro lado del río Limmat

Foto de Zürich al otro lado del río Limmat

La sensación nuestra al final de las intensas jornadas fue de una gran alegría y satisfacción. Pusimos a disposición de los asistentes un conocimiento científico tejido desde tres ámbitos diferentes y que resuena con este país tan vanguardista como Suiza. Una nación donde la fitoterapia, la terapia neural, la medicina tradicional china, la medicina antroposófica y la homeopatía están a disposición de los ciudadanos en el sistema público de salud; lamentablemente contrariamente a nuestro país, donde existe un movimiento retrógrado a nivel oficial en todo lo concerniente a la medicina alternativa. Un ejemplo es la reciente supresión del máster de homeopatía por la universidad de Barcelona, como ya se ha venido comentando en las últimas semanas.

Agradezco esta experiencia en el país helvético y también a todos los que estuvimos involucrados, a mis compañeros conferenciantes, organizadores del centro, mediadores, la traductora, el equipo de grabación y alumnos.

Por mi parte, es esencial seguir en este camino interdisciplinar aunando esfuerzos para trazar un cuadro más completo de la complejidad del ser humano.

© Teresa Versyp

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