Este destacado médico y virólogo obtuvo junto a Françoise Barré-Sinoussi y también con Harald Zur Hausen, el premio Nobel de Medicina en 2008 por sus investigaciones sobre el descubrimiento del virus causante del sida.  El grupo de Montagnier fue el primero en aislar el virus VIH.

En el transcurso de sus investigaciones, observó un peculiar comportamiento al filtrar soluciones que contenían virus y bacterias. Constató que al filtrar estas sucesivamente hasta lograr que no quedara ninguna muestra de ambos, al cabo de unos días después, en el filtrado volvían a aparecer virus y bacterias. Además detectó señales electromagnéticas a medida que se iba diluyendo la solución.

Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina 2008

Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina 2008

En sus conferencias comenta lo importante que resulta el trabajo en equipo incorporando físicos, biólogos, médicos y químicos entre otros, ya que solo con una cooperación interdisciplinar se puede trazar un mapa más completo del ser humano.

Ya he comentado en ocasiones anteriores que en el transcurso de los últimos años, desde las investigaciones de la Biofísica Cuántica se está constatando que existen efectos cuánticos en el funcionamiento de los seres vivos. En muchos fenómenos biológicos existen estados de coherencia cuántica que juegan un papel fundamental. Un estado de coherencia cuántica implica una red de interconexión y comunicación instantáneas de acuerdo con la no-localidad cuántica. La dualidad onda-partícula, característica de la Física Cuántica, es intrínseca a toda partícula, donde la parte ondulatoria no se contempla desde la biología convencional, la cual se basa en una concepción todavía corpuscular-newtoniana del ser humano. Sin embargo, existen muchos procesos biológicos donde, por ejemplo, tienen lugar procesos de tunelamiento cuántico donde el electrón viaja siendo onda. Se sabe que una emisión coherente de biofotones por parte de las células influye en el estado de salud de la persona. En esta emisión coherente juega un papel básico el estado de conciencia de la persona. Por lo tanto, es necesario contemplar al ser humano de forma holística, donde mente y cuerpo forman parte de una unidad.

Se hace imprescindible una visión de campo para el ser humano, donde el cuerpo no sería un conjunto de órganos que se han de tratar individualmente, sino como un campo vibratorio y energético constituido por fotones que intercambian permanentemente información, siendo esta un elemento  a tener en cuenta en el estado de salud. Los biofotones transportan la información y controlan nuestro organismo, ya que el cuerpo humano es un campo organizado de información.

Volviendo a las investigaciones del doctor Montagnier  (se pueden consultar varios de sus artículos publicados, por ejemplo Electromagnetic Signals Are Produced by Aqueous Nanostructures Derived from Bacterial DNA Sequences), al trabajar con cultivos de linfocitos humanos, infectados con el virus y en presencia de micoplasmas (bacterias sin pared celular) que acompañan este virus, y filtrando estas soluciones hasta que no contener ninguna muestra de DNA (filtrando hasta 20 nm), observó que se podían recuperar estos micoplasmas al cabo de 8-21 días. Con ello sugirió que existe una información genética que se transmite del DNA al agua. Además estos filtrados emitían ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia, entre 500 y 2000 Hz. Cuanto más diluidos estaban estas soluciones, más señales electromagnéticas eran detectadas. Concluyó que el DNA produce cambios estructurales en el agua que persisten en disoluciones muy altas.

Según Montagnier estos cambios estructurales inducirían a las moléculas de agua a organizarse en nanoestructuras, relativamente estables, más pequeñas que los organismos responsables de su formación y emisoras de fotones en el rango radio, las cuales hubieran almacenada la información. Ahí Montagnier comenta que se hace imprescindible un trabajo serio en cooperación con físicos para establecer correctamente las frecuencias de resonancia exactas.

De alguna forma, el agua conservaba la memoria del DNA con el que había estado en contacto.

Finalmente habla de múltiples aplicaciones para la medicina actual, como, por ejemplo, mediante el análisis de estas señales electromagnéticas emitidas saber si hay infección viral y/o bacteriana detrás de ciertas enfermedades. Se pueden crear métodos en este sentido muy útiles en el diagnóstico precoz y tratamiento de muchas enfermedades.

Cuando han desaparecido los marcadores moleculares, está claro que permanece un sistema de señales electromagnéticas, que son necesarias analizar y estudiar en profundidad.

Concluyendo este artículo, considero que es imprescindible que se haga un estudio en profundidad de estos procesos, porque daría un buen empuje a entender el método de curación de los remedios homeopáticos, tan duramente criticados por personas con falta de conocimiento en los terrenos comentados.

@ Teresa Versyp, junio 2014

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