En la primera parte vimos la importancia de la coherencia a nivel cuántico y holístico del ser humano en el campo del bienestar y la salud.
Vivir la coherencia en cada momento del presente lleva sin duda a la felicidad interior. Algunas indicaciones en el libro Las Siete Leyes Espirituales del Éxito de Deepak Chopra me parecen muy útiles en este sentido. Practicar la meditación y el silencio interior, abstenerse de hacer juicios de valor, entrar en comunión con la naturaleza, poner a disposición de los demás nuestro talento y dones más preciados, poner atención en cada decisión que tomamos a lo largo del día, practicar más la aceptación que la resistencia a hechos y situaciones, mantenerse abierto a diferentes posibilidades y puntos de vista sin estar apegado a la rigidez para que los sueños y deseos puedan fluir libremente, sin esfuerzo… nos pone en un flujo continuo de bienestar y dicha personal. Importante es disfrutar en el viaje de la vida, aunque uno no conozca el resultado final. Un apunte interesante que hace Chopra es el siguiente: ¿Qué haría suponiendo que no tuviese problemas de dinero y que dispusiese de todo el tiempo y el dinero del mundo? Si haría lo mismo que está haciendo actualmente, entonces está en el camino de su Propósito de Vida, ya que tiene pasión por lo que hace y está expresando sus talentos singulares. Es esencial poner a la práctica lo que realmente nos apasiona de la vida, ahora y en este preciso instante.
El momento presente es muy poderoso, es único. Es un campo de infinitas posibilidades, con una cantidad ilimitada de energía e información. Con nuestra intención, pensamiento focalizado y deseo interior podemos moldear este campo cuántico en la dirección que queramos. Es como si estuviéramos inmersos en un mar de tantas y tantas posibilidades en donde con nuestra intención coherente ordenamos cómo un rayo láser estas unidades de información. La conciencia ordena lo que sería un conjunto aleatorio de partículas energéticas. Además el pensamiento coherente no solo acaba materializando una de estas posibilidades sino que repercute sobre lo que esté resonando con aquello, aunque esté distanciado en el espacio y en el tiempo. En Física Cuántica esto se llama entrelazamiento y es un efecto instantáneo. Trasciende la línea temporal y supera quilómetros de distancia. Por ejemplo, esto explicaría las curaciones a distancia.
Podemos incluso actuar sobre el pasado, generando sanación de situaciones y cambiando alguna dirección que tomó cierta decisión en un momento determinado, actuando sobre lo que se podría denominar el momento semilla. Científicamente está comprobado que podemos actuar sobre instantes particularmente muy sensibles a pequeñas influencias, donde la atención puesta desde el presente puede alterar levemente el resultado, tal como se ha podido ver en los resultados obtenidos en generadores de sucesos aleatorios, no solamente en un momento presente sino también hacia el pasado (Acción retroactiva, Wellness implications of retroactive influence: exploring an outrageous hypothesis de William Braud, PhD). Es como si pudiéramos accionar otra línea de evolución temporal desde el presente. Esos momentos podrían ser, por ejemplo, el momento inicial de discusión o discordia con alguna persona, o un disgusto importante en cierto momento que pudo haber desencadenado una enfermedad. A veces creemos pensar que el pasado es inalterable y rígido, sin embargo lo que sucedió fue una de las múltiples líneas de evolución posibles, pero esto no quiere decir que no podamos materializar otra línea de evolución desde el presente.
Al programar de nuevo, es como si se activaran microsucesos energéticos cuánticos, que afectaran a nivel sutil sucesos no lineales e inestables de la realidad a fin de tomar cierto camino. Y todo esto repercute simultáneamente en varios niveles multidimensionales, lo que nos confiere una enorme responsabilidad como seres humanos.
Somos únicos, irrepetibles, maravillosamente creadores. Seamos conscientes de que cada paso que demos deja huella en el Alma Universal a través de los eones del tiempo.
©Teresa Versyp, enero 2014