En artículos anteriores hablé extensamente de la coherencia cuántica y sus implicaciones en la salud y bienestar personales. Un tema en el cual quiero profundizar aquí es referente a seguir nuestras metas y objetivos en la vida; nuestro propósito. El punto de partida para cualquier cambio que deseemos realizar es saber lo que queremos de verdad, conectar con lo que nos apasiona de la vida. A partir de ahí es necesario construir una hoja de ruta, tener un plan, una estrategia.
La dicha, la abundancia, la paz, el amor, la risa, la creatividad, el bienestar y mucho más son algunas señales de que estamos alineados con nuestro Propósito, con nuestro Yo- Superior, con nuestro espíritu. Es cuando vivimos el presente al máximo y estamos absortos en los regalos que nos ofrece la vida, como un niño que disfruta construyendo algo nuevo y apasionante. Es cuando fluimos con la vida y todo parece encajar a la perfección, donde la sincronicidad se hace evidente y nos encontramos con las personas y situaciones adecuadas para la realización de nuestro propósito.
Por múltiples razones a lo largo de nuestra vida nos desconectamos de nuestra esencia más verdadera, de lo que somos de verdad. Miedos profundos, limitaciones, muros que construimos a veces sin ser conscientes, nuestras creencias sobre la vida, ideas preconcebidas que conforman nuestro cuadro de la realidad nos desvían de nuestro camino y hace que a menudo nos podamos sentir tristes, deprimidos, cansados y faltos de poder personal.
Para poder cambiar algunos aspectos de nuestra vida que no nos gustan es esencial volver a conectar con nuestras raíces más profundas, ir hacia dentro de nosotros mismos y observarnos desde una perspectiva superior.
A lo largo de los años nuestras células en forma de códigos de información van grabando las experiencias, los patrones de pensamiento y de sentimiento, a modo de un software de programas subconscientes que se combinan con energía emocional y que pueden restringir o potenciar nuestro funcionamiento a varios niveles. Por lo tanto, en el primer caso es crucial identificar la causa de lo que no nos hace sentir felices, lo que nos oprime, lo que nos limita y abruma. El subconsciente es muy poderoso y recrea en nosotros diariamente aquello a lo que prestamos atención y a lo que tememos, pero se puede cambiar estos diseños mediante un cambio de patrón de pensamiento y de actitud.
Para poder entender como esto es posible tenemos que cambiar nuestra visión de la realidad material como algo inalterable y estática. ¡La realidad se forma a cada instante! Somos muy buenos plasmando y materializando situaciones en nuestra vida que reflejan nuestros cuadros personales de como vemos la realidad. Lo sólido y material es en realidad una ilusión, ya que a nivel cuántico, las partículas subatómicas son patrones vibratorios y energéticos perfectamente armonizados y estructurados. Incluso nuestro cuerpo físico es una proyección tridimensional-1- de un diseño mental y emocional. El cuerpo se está recreando constantemente de acuerdo con el diseño del ADN y las formas de pensamiento del diseño mental que tengamos respecto a nuestros cuerpos. Por lo que siempre podemos preparar un nuevo diseño y ver cómo se proyecta dentro del plano físico. El mundo energético es el mundo real, es un campo de energía holográfico que es dinámico y con el cual cada uno interacciona. Todas las personas informan permanentemente al campo energético creando la realidad en la que viven. También gracias a este campo energético todos y cada uno estamos interrelacionados. Además, funciona más allá de las limitaciones del espacio y del tiempo. Por lo tanto, la base de nuestro universo no es física; se parece más a un holograma, un conjunto de patrones de interferencia de innumerables frecuencias.
Las creencias personales sobre el mundo son importantísimas en cómo vamos a vivir nuestra vida. En este punto será imprescindible trascender la realidad de consenso, o sea, de la matrix en que vivimos que alimenta unas creencias basadas en la limitación y en los miedos. Hay una dinámica en el planeta de intereses creados para mantenernos encerrados en nuestra realidad; para tenernos controlados, con escasez de poder personal y fácilmente manipulables. Solo tenemos que mirar a nuestro entorno para atisbar dicha manipulación, a través de las numerosas tácticas de endeudamiento, de consumismo y de ideales superficiales y materialistas.
Para transmutar esta realidad, la clave es elevar nuestra vibración personal. Si no resonamos con lo que viene de fuera, estaremos de alguna forma protegidos energéticamente y fuera de alcance.
Podemos ir mentalmente a un lugar de conciencia elevadísima, como una especie de atalaya espiritual, que nos reafirme que todo es posible, que todo puede cambiar y tomar nuevas formas. Mediante la visualización, la meditación, el contacto con la naturaleza y desintoxicando nuestro organismo físico, emocional y mental se hace fácil entrar en este espacio de silencio interior donde se pueden discernir los múltiples caminos que están frente nuestro (y que muchas veces en nuestra ceguera de los problemas del día a día no captamos). Realmente todo el cosmos está a nuestra disposición con todas sus posibilidades.
Por ejemplo, podemos limpiar toda la información perjudicial en forma de códigos de miedos, limitaciones, autobloqueos en nuestro cuerpo energético mediante la visualización de “duchas energéticas” de luz que van limpiando y transmutando lo no deseado. Todo lo que no esté en armonía con nuestro bienestar y libertad debe apartarse.
El trabajo con la luz del alma es capaz de detectar patrones erróneos y otras perturbaciones que no están en armonía con nuestra frecuencia más elevada, sanando al instante aún sin ser conscientes del origen de nuestros propios miedos y limitaciones. Si en este proceso siguen aflorando nuestros miedos, hay que dejar que estos sean transformados por esta luz, la cual podemos visualizar como un conjunto de partículas doradas con información cósmica de altísima vibración.
En realidad las cosas son más sencillas de lo que pensamos, cuando estamos en armonía y en paz, es fácil ver el camino o la ruta a seguir que nos lleve al bienestar. Y si nosotros irradiamos paz y amor, todo nuestro entorno reflejará esta luz nuestra. De hecho se trata de traer y plasmar la luz sobre la Tierra, sirviendo a nuestro Propósito más elevado.
Una vez leí, ¿cómo podemos saber de la intención de nuestro Espíritu? Y la respuesta fue:
Cualquier cosa que te haga cantar el corazón
Esto te hará reflexionar y cambiar cosas de tu vida. Luego hay que trazar concienzudamente la hoja de ruta: considerar cuáles son los caminos para conseguir nuestro propósito, un plan de acción con diferentes opciones, con qué medios pero también obstáculos nos podemos encontrar, cuál puede ser el tiempo requerido, cuáles son los beneficios a medio y largo plazo…
¡Sé decidido y poderosas fuerzas saldrán en tu ayuda! Confía en tus instintos y sigue tu intuición. Una vez que uno se sumerge en el mundo de la energía y de la belleza del espíritu no hay vuelta atrás.
© Teresa Versyp, junio 2016
-1- Algunos libros que hablan de la realidad holográfica son ‘El Universo Holográfico’ de Michael Talbot, ‘El paradigma holográfico’ de Wilber, K., Bohm, D., Pribram, K. y ‘Recodificación cósmica’ de Eva-María Mora